The CriTick

Fea, pequeña y con una boca gigante.

Nací un miércoles de Salas Abiertas de 2011 en el nuevo teatro de la ciudad abierto por Teatro Elemental. Aunque no estuvieran dentro del programa Salas Abiertas de la Alcaldía de Medellín quisieron presentar la obra gratis, por lo tanto, el público sí asistió. El parto fue en la mente de uno de los espectadores, pero pudo haber sido en el agua de la pileta que usó la obra como escenografía, así hubiera estado un poco más justificada semejante estructura tan compleja.

Me desprendí de la mente de mi creador como una garrapata (de ahí la ‘k’ extra en el nombre) que comparte su apreciación sobre las obras de artes escénicas que se presentan en la ciudad con el ánimo de generar una conversación con público y actores; ojalá controversial, nunca violenta. Como garrapata, soy ínfima. Mi opinión puede obviarse, pues no tengo ni la formación ni la experiencia de otros “monstruos” del teatro local que –por miedo a cazar más peleas o por falta de tiempo– no han querido hacer una verdadera crítica seria y constante de las innumerables obras que se ofrecen día a día en la cartelera cultural de la ciudad.

Estaré chupando sangre de teatrero, titiritero, clown, cuentero y mimo y publicando un artículo de opinión menos seguido de lo que quisiera. Ojalá no me echen insecticida y sepan recibir las apreciaciones, que –al fin y al cabo– no son más que eso: Apreciaciones de un ácaro (-sin cara) que espera al huésped para trepar en él y succionarle algo de sangre para luego soltarse y escribir a qué le supo.